Güeyu Mar
Parecía que era cuestión de tiempo que el Güeyu Mar se cruzara en nuestro camino. Un soleado día se septiembre, aprovechamos la visita a la Playa de Vega para reservar mesa en la terraza de este nombrado restaurante. La reserva fue necesaria, ya que había mucha gente comiendo ese día, quizá por ser viernes y estar todavía en temporada estival.
güeyu mar
La terraza exterior está a la entrada del restaurante, parcialmente protegida del sol por sombrillas y separada del polvo del camino que levantan los coches por una cristalera. El pez de la fachada es una de las características más reconocibles y originales del establecimiento.
güeyu mar
Al Güeyu Mar se viene a comer pescado principalmente, pero mientras esperábamos nuestros platos, nos obsequiaron con un jamón de pato. Nos dijeron que era elaborado por ellos mismos.
jamón de pato
Tras la pregunta de rigor al camarero sobre la cantidad de platos a elegir, empezamos la comida con media ración de la ensalada de la casa. Una clásica ensalada con atún, cebolla, mejillones, cherrys, pimiento y escarola. Este primer plato hubiera pasado desapercibido si no fuera por la desagradable sorpresa al encontrarnos un pequeño trozo de forespán en la ensalada. Un error que puede llegar a ser comprensible pero que no puede evitar condicionar de forma negativa el resto de la comida.
media ensalada de la casa
Tras el entrante, llegó el turno de la estrella principal de la comida, un Rey cocinado a la brasa. Dos raciones de este fresco pescado con una elaboración muy básica en cuanto a condimentos y acompañamiento pero con buen sabor. Había partes del pescado menos hechas que incomodarían a los más sensibles con el pescado casi crudo, pero en general estaba en su punto. Únicamente estaba acompañado de unos trozos de tomate, que supusimos, sería el sabroso tomate casero asturiano que tantas veces hemos probado, pero esa no fue nuestra sensación en el paladar.
rey
Tras terminar el Rey, decidimos poner fin a la comida con algo dulce. El elemento estrella de su carta de postres es el queso tradicional asturiano en sus diferentes variedades, pero elegimos un helado de turrón con chocolate caliente sobre una cama de arena de galleta. Sinceramente, prácticamente no notamos el sabor a turrón, pero el postre cumplió su finalidad.
helado de turrón con chocolate
PUNTUACIÓN:
- Comida: 6
- Calidad/Precio: 5
- Ubicación: 8
- Accesibilidad: 7
- Decoración: 6
Total: 32 ptos.
Durante toda la comida estuvimos escuchando una música latina unos decibelios por encima de nuestro umbral de confort, hasta que los clientes de otra mesa pidieron amablemente si se podía apagar.
La comida, junto con el pan (tienen pan sin glúten), una copa de Verdejo, agua y un postre para compartir ascendió a un total de 106,50€ para dos personas, invitándonos a un café.
Playa de Vega 84, Ribeseya.
685860863
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