La Cueva

La parroquia de Ouviñana está situada en el concejo de Cuideiru, una tierra con marcado sabor relacionado con la mar y sus productos. Tras pedir consejo a diversas fuentes, el nombre del restaurante La Cueva se repetió sucesivamente. Nos contaron que en este local podríamos comer pescado fresco del cantábrico, sin sufrir los perjuicios de un típico restaurante turístico en plena semana santa.

Llegamos al inicio del pueblo y la propia carretera nos llevó a las puertas de La Cueva. Nos acercamos temprano para reservar mesa, con la gran suerte de tener un hueco en la primera ronda de comidas. A la entrada hay una zona de bar con la barra y mesas que también se usan para comer. Al fondo hay otro comedor donde nos sentamos y una terraza al aire libre. En el exterior hay sitio suficiente para aparcar varios coches.

la cueva

Mientras esperábamos que se cocinaran los platos que habíamos elegido nos trajeron unos patés muy ricos con los que empezamos a hacer boca.

patés

Empezamos el menú con una ensalada mixta. Una buena ensalada compuesta por ricos y frescos ingredientes que dio el pistoletazo de salida a una comida en la que teníamos puestas muchas esperanzas.

ensalada mixta

Y por fin llegamos a la parte principal del menú, la verdadera razón que nos trajo a este restaurante, el pescado. Entre las dos elecciones que hicimos, la primera fue una lubina a la espalda. Se notaba la frescura del pescado en su textura y su sabor natural potenciado por el ajo y acompañado por una guarnición de patatas fritas.

lubina a la espalda

Para acompañar los pescados, nos trajeron tres salsas. Una mayonesa casera, un suave alioli y una sabrosa vinagreta que hicieron aún mas deliciosos los platos que teníamos en la mesa.

mayonesa, vinagrea y alioli

La otra elección fue un pixín a la plancha. Tomamos esta decisión después de preguntar al personal del restaurante sobre un pescado fresco, del cantábrico con pocas espinas, la respuesta fue que todo su material era fresco y del cantábrico. El pixín venía acompañado de limón, lechuga y patatas fritas. Un gran plato, muy bien preparado con una materia prima de excelente calidad.

pixín a la plancha

Satisfechos en cuanto a calidad y cantidad llegamos al postre dejándonos seducir por un curioso helado de manzana. El resultado fue mejor de lo esperado. Disfrutamos un helado artesanal con un delicioso sabor a manzana verde. Muy bueno.

helado de manzana

El último postre fue un helado de fresa, que tenía un sabor tan real que parecía que estábamos comiendo las propias fresas. Los dos helados estaban espectaculares.

helado de fresa


PUNTUACIÓN:
  • Comida: 7
  • Calidad/Precio: 7
  • Ubicación: 7
  • Accesibilidad: 7
  • Decoración: 5
Total: 33 ptos

Al igual que a nosotros nos recomendaron conocer La Cueva,  nos vemos en la obligación de pasar el testigo a quien esté dispuesto a visitar estas tierras con la intención de disfrutar de una buena comida. En Asturies todavía se pueden encontrar restaurantes situados en lugares que, a priori, deberían ser turísticos, pero que todavía conservan el sentido de la autenticidad que tuvieron hace muchos años. Si eres amante del pescado este establecimiento y su cocina colmarán todas tus expectativas.

La cuenta ascendió a 166,55€ para cuatro personas, con dos cafés, dos botellas de agua y una cerveza.

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