El Mono que Lee

Una celebración atrasada, con amistades de distintos puntos de la geografía asturiana, nos reunió en una terraza de la Vetusta capital en un caluroso día de septiembre. El establecimiento elegido fue El Mono que Lee, situado en la emblemática Plaza de Riego. Con una reserva previa, nos sentamos en una de las mesas de su terraza, para intentar mitigar el riesgo de contagio, protegidos del sol por una gran sombrilla.

Decidimos pedir un par de entrantes para ir haciendo boca y luego un plato por persona. Empezamos por unas originales bravas en gofre. Un plato muy fácil de comer, con el continuo recuerdo a las clásicas patatas bravas en una original versión.

bravas en gofre

 

Otra de las entradas fue una ensaladilla rusa con sashimi de salmón ahumado, ideal para una mañana de verano como la que tuvimos ese día. El toque exótico del salmón acompañaba perfectamente a la receta clásica de la ensaladilla rusa.


ensaladilla rusa son sashimi de salmón ahumado

Empezamos con los platos principales que eligió cada comensal. Los amantes de la carne se decantaron por un sabroso solomillo con foi fresco, acompañado de una guarnición de patatas y pimiento rojo.

solomillo con foi fresco


La otra opción de los mas carnívoros, fue un entrecotte de lomo bajo, también acompañado de sus patatas en un recipiente a parte y servido sobre una tabla de madera.


entrecotte de lomo bajo


Los amantes del arroz no dejaron pasar la oportunidad de degustar un arroz ahumado con alioli y pulpo. El arroz estaba en su punto de preparación y el suave alioli compaginaba perfectamente para redondear el sabor del plato en el paladar.


arroz ahumado acompañado de su alioli

 

Hay quien se decidió por un Pixín negro a la ondarresa. Nos sorprendió la calidad del pescado, así como su elaboración. Sin duda, una de las mejores elecciones de esa carta.

 

rape negro a la ondarresa

 

Otro original plato fue la alcachofa con rabo de vaca y apionabo. Una vistosa y sabrosa receta que nunca habíamos visto con anterioridad, pero que nos pareció una composición mas que aceptable.

 

 alcachofa, rabo de vaca y apionabo
 
Llegamos al momento de los postres. Sin duda el mas comentado fue el Oreo de mascarpone con toffee. Un postre de un gran tamaño y una contundencia destacable.
 
oreo de mascarpone con toffee
 
Otra interpretación de un postre típico fue la torrija de donut, chocolate blanco y helado de gianduja. Unos ingredientes que sumaban para hacer un postre muy interesante.
 

torrija de donut, chocolate blanco y helado de gianduja

 

Para terminar y poder calmar la sed que teníamos durante toda la jornada, pedimos dos refrescantes mojitos, uno tradicional y otro de sidra. Tenemos que decir que nos gustó mas la receta clásica, pero los dos nos ayudaron a refrescar la garganta, después de una buena comida.

 

mojito normal y de sidra


No tenemos datos del importe de la cuenta porque ese día fue una invitación, pero el entorno y la cocina hacen que una parada en El Mono que Lee sea recomendable, bajo nuestro punto de vista. Aunque lo mejor de la jornada, sin duda, fue la excelente compañía.

 

www.elmonoquelee.es

Pl. de Riego, 3, 33003 Uviéu

 684 62 32 75

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